Del griego ἄκρος, (extremo) y πόλις,(ciudad), y hace referencia a la parte más alta de una ciudad. Quizás la más famosa y conocida sea la de Atenas: la Akrópolis por antonomasia. Y dentro de ella, el monumento universal por excelencia: el Templo de Atenea Partenos, o Partenón. |
Construcción, Destrucción, Expolio: Kosta Gavras. Animación sincrónica de la Historia del lugar.
Esta virgen, nacida de la cabeza del mismísimo Zeus y mediante un hachazo (que es algo que hay que leer dos veces) es símbolo de las habilidades mentales –el ingenio, la estrategia: el triunfo de la fuerza mental contra la fuerza física;y si se me apura, donde lo femenino –que no la mujer- hace sucumbir a lo masculino: lo cóncavo frente a lo convexo y donde lo cóncavo, lo que recibe, lo que es vaso, prevalece sobre lo convexo, lo que penetra en lo cóncavo, lo que es jarra.
Lo primero que Atenea hizo en su existencia fue lo que habría hecho cualquier mujer: competir por ser dueña y señora, en este caso, de la ciudad del rey y serpiente llamado Cécrope. Como contrincante , frente a frente –y ella había nacido de la frente del Padre de los Dioses- se levantaba su tío Poseidón, que también pretendía el honor de hincar su tridente a algo en tierra firme. Ambas deidades, para hacerse con el patronazgo de la polis, debían de hacer un regalo a la ciudad. Poseidón, divinidad como se sabe de las profundidades marinas, clavó su tridente en la planicie de la colina de Cecropia y de ello surgió una fuente de la que habrá hablado, con su poder falocrático, hasta Freud; pero el agua era marina y no servía para nada más que para mojar las cosas. Atenea, por su parte, lanzó su mirada tan fulminantemente que de la tierra brotó, por vez primera, un olivo. De ese árbol, que desde entonces se volvió sagrado, se obtendrían maderas y aceites para iluminarse y alimentarse, para construir casas donde vivir o trirremes con las que surcar el ancho piélago y comerciar con ánforas llenas de aceites y aceitunas. Y así, la ciudad, que hasta entonces carecía de nombre, y que algunos aún hoy llaman Cecropia, pasó a llamarse Atenas en honor de su diosa protectora.

Como toda obra de estilo dórico, las columnas carecen de basa y su fuste está recorrido en sentido longitudinal por estrías. Hacia el centro del fuste se produce un leve ensanchamiento o éntasis, mediante el cual los arquitectos trataron de corregir los efectos de proporción que acusaría el ojo humano a la vista del edificio. De igual modo, las columnas aparecen levemente inclinadas hacia el interior. Los fustes rematan en una moldura cóncava, el collarino, sobre la cual se asienta el capitel, de apariencia geométrica y compuesto por dos elementos: el equino, de sección curva, y el ábaco, a modo de pequeña losa que recibe directamente el apoyo de los elementos superiores.Por encima de los capiteles de las columnas corre un entablamento organizado, de abajo arriba, en tres partes. La primera es un arquitrabe liso. La segunda es el friso, constituido por una sucesión alternante de triglifos (formados por estrías verticales) y metopas (que presentan decoración escultórica). Remata el conjunto una cornisa, saliente respecto a los elementos anteriores. El empleo de una cubierta a dos aguas genera en cada uno de los lados menores un amplio espacio triangular, el frontón, cuyo perímetro exterior aparece recorrido por una cornisa saliente, de modo que el espacio interior, o tímpano, queda libre para ser decorado con esculturas.

La simbología plástica del Partenón se hacía evidente sobre todo mediante la decoración escultórica que originariamente presentaba el edificio. Así, los dos frontones del templo reproducían los temas del nacimiento de Atenea, por un lado, y el combate entre esta diosa y Poseidón (o Patronato del Ática). En la metopas del friso exterior se representan cuatro temas diferentes: en los dos lados menores, con 14 metopas cada uno, aparecen la Amazonomaquia y la Gigantomaquia; en los lados mayores, con 33 metopas cada uno, los temas seleccionados son la Centauromaquia y la Illiupersis o Guerra de Troya. Finalmente, a lo largo del muro de la cella, corre un friso de estilo jónico en el que se representa una procesión que cada cuatro años tenía lugar en Atenas: las Panateneas, en la que un amplio cortejo acudía a entregar a la diosa un peplo bordado por las jóvenes de la ciudad. Todo ello es un trasunto de la propia polis ateniense y de sus valores cívicos, de su organización y de sus costumbres. El friso de la cella es símbolo, por tanto, de la propia ciudad de Atenas y pretende demostrar su supremacía en el mundo helénico.
Frontón del Partenón, o el más famoso de los mármoles robados por Lord Elgin, Londres, Brittish Museum Web para la campaña de devolución de los Mármoles de la Akrópolis. |
Para ver todos los relieves del Partenón, tanto los del Museo de la Acrópolis, los del Brittish como los del Louvre, el Ministerio Griego de Cultura y el Centro Nacional de Documentación han creado un website de amplio desarrollo digital, tanto para especialistas como para público en general: visitar el sitio
El número φ, Fi , (en honor a Fidias, el escultor) también llamado el número áureo, razón áurea, razón dorada, media áurea, proporción áurea y divina proporción, es un número irracional y algebraico, descubierto por los griegos como relación o proporción entre segmentos de rectas. Esta proporción se encuentra tanto en algunas figuras geométricas como en la naturaleza. Puede hallarse en elementos arquitectónicos, en las nervaduras de las hojas de algunos árboles, en el grosor de las ramas, en el caparazón de un caracol, en los flósculos de los girasoles, etc. Un ejemplo de rectángulo áureo en el arte es el alzado del Partenón , cuyas esquematizaciones áureas nos ayudan a comprender por qué de la armonía de las formas surge la belleza plástica. Para profundizar, aquí
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