ARJAIOS


Arjaios: del griego clásico ἀρχαῖος, significa antiguo, viejo, arcaico, que a su vez viene de arjón, principio (de donde arconte -anciano magistrado principal- Derivados de arjaios en español: archivo, jerarquía, arca, arcón, y por supuesto arqueología.

27 jul 2011

MYTHOS


                           

 La arqueología estudia la Historia a través de los restos materiales producidos por la cultura del Hombre. Podría ser una definición perfectamente aceptable; sin embargo, no es del todo verdadera: la materia que llega a manos del arqueólogo, puede que sólo sea un vehículo,  el recipiente de algo abstracto, de un concepto preciso,  algo que sea lo que verdaderamente define el carácter e incluso la forma del residuo material, bien sea por marcas de forma, bien sea por formas de sustancia. Por ejemplo: Una vasija determinada puede llevar una decoración concreta cuya iconografía nos dé la pista del objetivo final del recipiente. Y no olvidemos tampoco, para decir lo mismo,  que en esa  religiosa liturgia griega llamada Teatro, si alguien quería saber cuál era el argumento de la tragedia preguntaba cuál era el mythos.

David Vance
 Los arqueólogos son conocidos por ser personas que escavan y escarban  en la tierra, es decir, profundizan. Pero muchas veces, por no decir que casi siempre, los arqueólogos no descienden por estratos en una escalera de caracol, sino que mientras más bajan, cuanto más profundizan,  más suben por los peldaños de lo incorpóreo, que suele ser lo verbal envolviendo la pieza, el concepto, la idea, lo que verdaderamente da sentido a las cosas, el auténtico devenir del ser humano. 


Un clásico, editado en 1955
Sería prácticamente imposible comprender la Akrópolis ateniense, o de cualquier otra polis, sin conocer los mitos que fecundan el santuario, por sólo poner un ejemplo de lo más evidente. No tendría sentido nada. 


 Es por eso que se hace preciso cierto acercamiento epistemológico hacia la mitología, esa cosmovisión tradicional sucesivamente reproducida en imágenes simbólicas que no sólo decoran una superficie, sino que la modulan en cuanto sus valores intrínsecos.


 Para ello, y siguiendo las directrices de la escuela lingüística del estructuralismo, el antropólogo belga Claude Levy Strauss, en 1950, redujo la unidad mínima de significación mitológica, la porción irreductible de un mito, llamándolo mitema: elemento constante, recurrente, solidario con otros mitemas. Por ejemplo: las similitudes entre Osiris y Adonis están forjadas en mitemas comúnes pese a pertenecer a civilizaciones distintas. 





El helenista asturiano Pedro Olalla, para disfrute de los amantes de los viajes y de los mitos griegos, realizó esta estupenda obra que es a la vez material de lectura, atlas histórico y guía de viajes. 
http://www.pedroolalla.com/
Un insólito catalogo de todos los lugares de la antigua Grecia con referencia a su estado de conservación actual, un completo inventario de fuentes literarias que testimonian cada lugar y cada mito, la compilación bajo un solo relato de las múltiples informaciones sobre cada personaje mitológico dispersas por las obras de los diferentes autores clásicos, una cuidada y sugerente documentación fotográfica y literaria y el mas profuso y actualizado mapa de viaje de Grecia confluyen en esta obra.La información que se encuentra en este atlas proviene exclusivamente de los textos de la antigüedad clásica. El autor, después de reorganizarla ha elaborado un libro que pretende más que ser una obra de referencia, ser usado. Porque, no sólo incluye un detallado listado de todos los lugares de la Grecia clásica indicando el estado en que se encuentran hoy, sino un completo índice de las fuentes literarias en que se les hace referencia. 



Un buen libro: no es un repertorio mitológico ni un manual de mitografía, sino una ordenada serie de reflexiones críticas sobre la tradición y transmisión de los mitos, subrayando su función social, y la pervivencia de la mitología en su contexto histórico y en la cultura occidental. Perspectiva crítica, didáctica, de los temas y figuras más representantivos, y finalm,ente anliza las interpretaciones mñas significativas que se han formulado desde el incio de la Edad Moderna sobre este conglomrerado de mitos.
Carlos García Gual, filólogo, crítico, traductor, helenista, catedrático de filología griega en la Universidad Complutense de Madrid.
Muestra moderna del uso de la mitología griega es el siguiente video (producto material para magnetoscopio que quizás dentro de muchos años sea un resto arqueológico por sí mismo y que como tal habría que datar.



»En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen, y uno tercero compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre. Este animal formaba una especie particular, y se llamaba andrógino, porque reunía el sexo masculino y el femenino; pero ya no existe y su nombre está en descrédito. En segundo lugar, todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías, unidas a un cuello circular y perfectamente semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción. Marchaban rectos como nosotros, y sin tener necesidad de volverse para tomar el camino que querían. Cuando deseaban caminar ligeros, se apoyaban sucesivamente sobre sus ocho miembros, y avanzaban con rapidez mediante un movimiento circular, como los que hacen la rueda con los pies al aire. La diferencia, que se encuentra entre estas tres especies de hombres, nace de la que hay entre sus principios. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el compuesto de ambos, que participa de la tierra y del sol. De estos principios recibieron su forma y su manera de moverse, que es esférica. Los cuerpos eran robustos y vigorosos y de corazón animoso, y por esto concibieron la atrevida idea de escalar el cielo, y combatir con los dioses, como dice Homero de Efialtes y de Oto. Júpiter examinó con los dioses el partido que debía tomarse. El negocio no carecía de dificultad; los dioses no querían anonadar a los hombres, como en otro tiempo a los gigantes, fulminando contra ellos sus rayos, porque entonces desaparecerían el culto y los sacrificios que los hombres les ofrecían; pero, por otra parte, no podían sufrir semejante insolencia. En fin, después de largas reflexiones, Júpiter se expresó en estos términos: Creo haber encontrado un medio de conservar los hombres y hacerlos más circunspectos, y consiste en disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos; así se harán débiles y tendremos otra ventaja, que será la de aumentar el número de los que nos sirvan; marcharán rectos sosteniéndose en dos piernas sólo, y si después de este castigo conservan su impía audacia y no quieren permanecer en reposo, los dividiré de nuevo, y se verán precisados a marchar sobre un solo pié, como los que bailan sobre odres en la fiesta de Caco.
»Después de esta declaración, el dios hizo la separación que acababa de resolver, y la hizo lo mismo que cuando se cortan huevos para salarlos, o como cuando con un cabello se los divide en dos partes iguales. En seguida mandó a Apolo que curase las heridas y colocase el semblante y la mitad del cuello del lado donde se había hecho la separación, a fin de que la vista de este castigo los hiciese más modestos. Apolo puso el semblante del lado indicado, y reuniendo los cortes de la piel sobre lo que hoy se llama vientre, los cosió a manera de una bolsa que se cierra, no dejando más que una abertura en el centro, que se llama ombligo. En cuanto a los otros pliegues, que eran numerosos, los pulió, y arregló el pecho con un instrumento semejante a aquel de que se sirven los zapateros para suavizar la piel de los zapatos sobre la horma, y sólo dejó algunos pliegues sobre el vientre y el ombligo, como en recuerdo del antiguo castigo. Hecha esta división, cada mitad hacia esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas  del deseo de entrar en su antigua unidad, con un ardor tal, que abrazadas perecían de hambre e inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra. Cuando la una de las dos mitades perecía, la que sobrevivía buscaba otra, a la que se unía de nuevo, ya fuese la mitad de una mujer entera, lo que ahora llamamos una mujer, ya fuese una mitad de hombre; y de esta manera la raza iba extinguiéndose. Júpiter, movido a compasión, imagina otro expediente: pone delante los órganos de la generación, por que antes estaban detrás, y se concebía y se derramaba el semen, no el uno en el otro, sino en tierra como las cigarras. Júpiter puso los órganos en la parte anterior y de esta manera la concepción se hace mediante la unión del varón y la hembra. entonces, si se verificaba la unión del hombre y la mujer, el fruto de la misma eran los hijos; y si el varón se unía al varón, la saciedad los separaba bien pronto y los restituía a sus trabajos y demás cuidados de la vida. De aquí procede el amor que tenemos naturalmente los unos a los otros; el nos recuerda nuestra naturaleza primitiva y hace esfuerzos para reunir las dos mitades y para restablecernos en nuestra antigua perfección. Cada uno de nosotros no es más que una mitad de hombre, que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas mitades buscan siempre sus mitades. Los hombres que provienen de la separación de estos seres compuestos, que se llaman andróginos, aman las mujeres; y la mayor parte de los adúlteros pertenecen a esta especie, así como también las mujeres que aman a los hombres y violan las leyes del himeneo. Pero a las mujeres, que provienen de la separación de las mujeres primitivas, no llaman la atención los hombres y se inclinan más a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribactes. Del mismo modo los hombres, que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino. Mientras son jóvenes aman a los hombres; se complacen en dormir con ellos  y estar en sus brazos; son los primeros entre los adolescentes y los adultos, como que son de una naturaleza mucho más varonil. Sin razón se les echa en cara que viven sin pudor, porque no es la falta de este lo que les hace obrar así, sino que dotados de alma fuerte, valor varonil y carácter viril, buscan sus semejantes; y lo prueba que con el tiempo son más aptos que los demás para servir al Estado. Hechos hombres a su vez aman los jóvenes, y si se casan y tienen familia, no es porque la naturaleza los incline a ello, sino porque la ley los obliga. Lo que prefieren es pasar la vida los unos con los otros en el celibato. El único objeto de los hombres de este carácter, amen o sean amados, es reunirse a quienes se les asemeja. Cuando el que ama a los jóvenes o a cualquier otro llega a encontrar su mitad, la simpatía, la amistad, el amor los une de una manera tan maravillosa, que no quieren en ningún concepto separarse ni por un momento. Estos mismos hombres, que pasan toda la vida juntos, no pueden decir lo que quieren el uno del otro, porque si encuentran tanto gusto en vivir de esta suerte, no es de creer que sea la causa de esto el placer de los sentidos. Evidentemente su alma desea otra cosa, que ella no puede expresar, pero que adivina y da a entender. Y si cuando están el uno en brazos del otro, Vulcano se apareciese con los instrumentos de su arte, y les dijese: '¡Oh hombres!, ¿qué es lo que os exigís recíprocamente?', y si viéndoles perplejos, continuase interpelándoles de esta manera: 'lo que queréis, ¿no es estar de tal manera unidos, que ni de día ni de noche estéis el uno sin el otro? Si es esto lo que deseáis, voy a fundiros y mezclaros de tal manera, que no seréis ya dos personas, sino una sola; y que mientras viváis, viváis una vida común como una sola persona, y que cuando hayáis muerto, en la muerte misma os reunáis de manera que no seáis dos personas sino una sola. Ved ahora si es esto lo que deseáis, y si esto  os puede hacer completamente felices.' Es bien seguro, que si Vulcano les dirigiera este discurso, ninguno de ellos negaría, ni respondería, que deseaba otra cosa, persuadido de que el dios acababa de expresar lo que en todos los momentos estaba en el fondo de su alma; esto es, el deseo de estar unido y confundido con el objeto amado, hasta no formar más que un solo ser con él. La causa de esto es que nuestra naturaleza primitiva era una, y que éramos un todo completo, y se da el nombre de amor al deseo y prosecución de este antiguo estado. Primitivamente, como he dicho, nosotros éramos uno; pero después en castigo de nuestra iniquidad nos separó Júpiter, como los arcadios lo fueron por los lacedemonios. Debemos procurar no cometer ninguna falta contra los dioses, por temor de exponernos a una segunda división, y no ser como las figuras presentadas de perfil en los bajorrelieves, que no tienen más que medio semblante, o como los dados cortados en dos. Es preciso que todos nos exhortemos mutuamente a honrar a los dioses, para evitar un nuevo castigo, y volver a nuestra unidad primitiva bajo los auspicios y la dirección del Amor.

Discurso de Aristófanes en el Symposium , de Platón



 Las Pléyades (que significa "palomas" en griego), también conocidas como Objeto Messier 45, Messier 45, M45, Las Siete Hermanas o Cabrillas, es un objeto visible a simple vista en el cielo nocturno con un prominente lugar en la mitología antigua, situado a un costado de la constelación Tauro. Las Pléyades son un puñado de estrellas muy jóvenes las cuales se sitúan a una distancia aproximada de 450 años luz de la Tierra y están contenidas en un espacio de treinta años luz. Se formaron aproximadamente hace apenas unos 100 millones de años, durante la era Mesozoica en la Tierra, a partir del colapso de una nube de gas interestelar. Las estrellas más grandes y brillantes del cúmulo son de color blanco-azulado y cerca de cinco veces más grandes que el Sol.

21 jul 2011


of Art & Archeology
Universidad de Oxford, U.K.

presenta una exposición titulada de Herakles a Alejandro el Grande, con los tesoros del Reino de Macedonia. Quinientos objetos, muchos de ellos por primera vez a los ojos del público, provinientes de las tumbas reales y el palacio de Egas , antigua capital macedonia.
 Exposición auspiciada por el Primer Ministro de Grecia, en colaboración con el Ministerio de Cultura y Turismo del gobierno heleno, hasta el 29 de agosto. Con degustación de gastronomía griega. 


http://www.ashmolean.org/exhibitions/heracles/details/