ARJAIOS


Arjaios: del griego clásico ἀρχαῖος, significa antiguo, viejo, arcaico, que a su vez viene de arjón, principio (de donde arconte -anciano magistrado principal- Derivados de arjaios en español: archivo, jerarquía, arca, arcón, y por supuesto arqueología.

29 may 2011

AKROPOLIS

 Del griego ἄκρος, (extremo) y πόλις,(ciudad), y hace referencia a la parte más alta de una ciudad. Quizás la más famosa y conocida sea la de Atenas: la Akrópolis por antonomasia. Y dentro de ella, el monumento universal por excelencia: el Templo de Atenea Partenos, o Partenón.





Construcción, Destrucción, Expolio: Kosta Gavras. Animación sincrónica de la Historia del lugar.




Esta virgen, nacida de la cabeza del mismísimo Zeus y mediante un hachazo (que es algo que hay que leer dos veces) es símbolo de las habilidades mentales –el ingenio, la estrategia: el triunfo de la fuerza mental contra la fuerza física;y si se me apura, donde lo femenino –que no la mujer- hace sucumbir a lo masculino: lo cóncavo frente a lo convexo y donde lo cóncavo, lo que recibe, lo que es vaso, prevalece sobre lo convexo, lo que penetra en lo cóncavo, lo que es jarra.





Lo primero que Atenea hizo en su existencia fue lo que habría hecho cualquier mujer: competir por ser dueña y señora, en este caso, de la ciudad del rey y serpiente llamado Cécrope. Como contrincante , frente a frente –y ella había nacido de la frente del Padre de los Dioses- se levantaba su tío Poseidón, que también pretendía el honor de hincar su tridente a algo en tierra firme. Ambas deidades, para hacerse con el patronazgo de la polis, debían de hacer un regalo a la ciudad. Poseidón, divinidad como se sabe de las profundidades marinas, clavó su tridente en la planicie de la colina de Cecropia y de ello surgió una fuente de la que habrá hablado, con su poder falocrático, hasta Freud; pero el agua era marina y no servía para nada más que para mojar las cosas. Atenea, por su parte, lanzó su mirada tan fulminantemente que de la tierra brotó, por vez primera, un olivo. De ese árbol, que desde entonces se volvió sagrado, se obtendrían maderas y aceites para iluminarse y alimentarse, para construir casas donde vivir o trirremes con las que surcar el ancho piélago y comerciar con ánforas llenas de aceites y aceitunas. Y así, la ciudad, que hasta entonces carecía de nombre, y que algunos aún hoy llaman Cecropia, pasó a llamarse Atenas en honor de su diosa protectora.


 Como toda obra de estilo dórico, las columnas carecen de basa y su fuste está recorrido en sentido longitudinal por estrías. Hacia el centro del fuste se produce un leve ensanchamiento o éntasis, mediante el cual los arquitectos trataron de corregir los efectos de proporción que acusaría el ojo humano a la vista del edificio. De igual modo, las columnas aparecen levemente inclinadas hacia el interior. Los fustes rematan en una moldura cóncava, el collarino, sobre la cual se asienta el capitel, de apariencia geométrica y compuesto por dos elementos: el equino, de sección curva, y el ábaco, a modo de pequeña losa que recibe directamente el apoyo de los elementos superiores.Por encima de los capiteles de las columnas corre un entablamento organizado, de abajo arriba, en tres partes. La primera es un arquitrabe liso. La segunda es el friso, constituido por una sucesión alternante de triglifos (formados por estrías verticales) y metopas (que presentan decoración escultórica). Remata el conjunto una cornisa, saliente respecto a los elementos anteriores. El empleo de una cubierta a dos aguas genera en cada uno de los lados menores un amplio espacio triangular, el frontón, cuyo perímetro exterior aparece recorrido por una cornisa saliente, de modo que el espacio interior, o tímpano, queda libre para ser decorado con esculturas.




Por aquel entonces- hacia el S. XVI a.e.c.- sobre la colina de la Akrópolis, la ciudad alta, que aún no era sagrada, vivía con sus tres hijas el legendario rey Cécrope, que había nacido de la tierra misma y , quizás por eso mismo, nacido bajo la forma de un ser que era mitad hombre, mitad serpiente. (Lo cual no es raro si pensamos que había centauros que habían nacido la mitad hombre, la mitad caballo.) En el S. XVI d.e.c. sobre la casi intacta colina sagrada de la Akrópolis, vivían los otomanos, herederos de los persas, sarracenos a más no poder, que -oh ironías del destino- habían convertido el Erecteion en un harén de eunucos, el Partenón en una mezquita que me parece que no mira a La Meca y los Propileos en un polvorín de polvorones polvorientos.. Los venecianos, acosando a los turcos, fueron quienes destruyeron el Partenón con una granada desafortunada.


La simbología plástica del Partenón se hacía evidente sobre todo mediante la decoración escultórica que originariamente presentaba el edificio. Así, los dos frontones del templo reproducían los temas del nacimiento de Atenea, por un lado,  y el combate entre esta diosa y Poseidón (o Patronato del Ática). En la metopas del friso exterior se representan  cuatro temas diferentes: en los dos lados menores, con 14 metopas cada uno, aparecen la Amazonomaquia y la Gigantomaquia; en los lados mayores, con 33 metopas cada uno, los temas seleccionados son la Centauromaquia y la Illiupersis o Guerra de Troya. Finalmente, a lo largo del muro de la cella, corre un friso de estilo jónico en el que se representa una procesión que cada cuatro años tenía lugar en Atenas: las Panateneas, en la que un amplio cortejo acudía a entregar a la diosa un peplo bordado por las jóvenes de la ciudad. Todo ello es un trasunto de la propia polis ateniense y de sus valores cívicos, de su organización y de sus costumbres. El friso de la cella es símbolo, por tanto, de la propia ciudad de Atenas y pretende demostrar su supremacía en el mundo helénico.

Frontón del Partenón, o el más famoso de los mármoles robados por Lord Elgin,  Londres, Brittish Museum


 
Web para la campaña de devolución de los Mármoles de la Akrópolis.

 Para ver todos los relieves del Partenón, tanto los del Museo de la Acrópolis, los del Brittish como los del Louvre, el Ministerio Griego de Cultura y el Centro Nacional de Documentación han creado un website de amplio desarrollo digital, tanto para especialistas como para público en general:  visitar el sitio



Atenea, mientras tanto, treinta y dos siglos antes de eso, se había hecho mujer. Un día, a eso de la caída de la tarde, en el incendio de los cielos a la hora del crepúsculo, fue a la fragua de Hefesto a buscar unas herramientas para vaya a saberse qué estratagema femenil y divina; Hefesto, el herrero barbudo de sudorosos músculos velazqueños, que entendía mucho de calores por estar siempre con el martillo junto a la fragua y porque Afrodita le ponía los cuernos con Ares, se sintió incendiado por los sapientísimos ojos de lechuza de Atenea y, sin más, quiso poseer a la diosa virgen. Atenea, violentada, se resisitó hábilmente y, como Hefesto era cojo, consiguió huir y conservar intacta su virginidad. Pero Hefesto, en el lance, tropezó consigo mismo y con sus contrariadas piernas y eyaculó de repente sobre el muslo de la divinidad; la diosa, suponemos que indignada, ruborizada y afrentada, se limpió el semen divino con un trozo de lana que dejó en el suelo: la tierra, entonces, se fecundó para concebir a Erecteo, que parece que heredó en su nombre la incandescencia de su divino padre.




Atenea, no obstante, quiso criar al recièn nacido en secreto, lo escondió en una cesta y advirtièndo a las infantas acropolinas de que ni se les ocurriera abrir la canastilla, se la entregó a las tres hijas de Cécrope: Herse, Pandrosa y Aglaura. Pero las niñas no supieron resistirse a la curiosidad. Abrieron la canastilla y se encontraron con que la criatura estaba envuelta por una serpiente cuidadora. Espantadas, las tres niñas huyeron despavoridas, dicen que profundamente enloquecidas, y en la carrera se despeñaron Akrópolis abajo. No se entiende muy bien por qué tuvieron tanto miedo, si resulta que su propio padre era medio serpiente, pero eso es lo que nos cuenta la Crónica de Paros. Se entiende mejor que el rey, a pesar de haber perdido a sus tres hijas, adorara tanto a la causante de esa pérdida –Atenea- que de una madera del olivo que ella regalara a la polis, talló la primera estatua que la divinidad tuvo en Atenas: el Paladio.





El número φ, Fi , (en honor a Fidias, el escultor) también llamado el número áureo, razón áurearazón doradamedia áureaproporción áurea y divina proporción, es un número irracional y algebraico, descubierto por los griegos como relación o proporción entre segmentos de rectas. Esta proporción se encuentra tanto en algunas figuras geométricas como en la naturaleza. Puede hallarse en elementos arquitectónicos, en las nervaduras de las hojas de algunos árboles, en el grosor de las ramas, en el caparazón de un caracol, en los flósculos de los girasoles, etc. Un ejemplo de rectángulo áureo en el arte es el alzado del Partenón , cuyas esquematizaciones áureas nos ayudan a comprender por qué de la armonía de las formas surge la belleza plástica. Para profundizar, aquí




Recreación digital